jueves, 15 de febrero de 2018

En este cuadro de Delacroix observamos el momento en el que Hamlet y su amigo Horacio pasean por el cementerio y ven la calavera, que según el sepulturero, pertenece a Yorick, el bufón de palacio cuando el Príncipe era niño.
Es en esta escena dónde Hamlet hace una reflexión sobre la vanidad de la vida y la igualdad de todas las personas cuando hayan la muerte.

Este cuadro fue pintado al óleo por el artista francés Eugène Delacroix en el año 1839 justamente en la corriente del Romanticismo. Dicha obra se encuentra actualmente expuesta en el Museo de Louvre, en París.

Personalmente es un cuadro que me gusta bastante debido a los tonos marrones y rojos que abundan en él. Estos tonos me hacen imaginar un lugar apacible y tranquilo, pero con tormentas (problemas) de vez en cuando, y eso se lo atribuyo a las nubes que aparecen al cielo, que en principio parecen tranquilas pero a mí entender pronostican una tormenta, o lo que es lo mismo, un final trágico.
Lo que la escena representa me hace pensar en que lo que seas en esta vida da igual porque todos moriremos y esa muerte será la misma para cada uno de nosotros.

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